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Los frutos de la fe

Los frutos de la fe

خطبة الجمعة القادمة لوزراة الأوقاف المصرية والخطبة المسموعة باللغة الإسبانية : ثمرات الإيمان ، 7 فبراير 2020 م ، 13 جمادي الثانية 1441 هـ .

 

 

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Alabado sea Al-lah, Dueño de los mundos; quien dice en el Noble Corán:

«[Pero] a quienes crean y obren rectamente, su Señor los guiará por medio de la fe hacia los Jardines de las Delicias por donde corren ríos».

Doy testimonio que no hay más dios que Al-lah, y que nuestro Profeta Mohammed es su siervo y Mensajero ¡Que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con sus familiares y todos sus compañeros!

Entrando en materia…

Una de las gracias de Al-lah, Alabado sea, que Él otorga a sus siervos es recompensar sus buenas obras con buenos frutos. Creer en Al-lah, Alabado sea, es una de las obras más grandiosas, cuya influencia se refleja en el individuo y en la sociedad. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos aclara la realidad de la fe que debe ser cumplida por el creyente, cuando el arcángel Gabriel, la paz sea con él, le preguntó sobre la fe diciendo: Infórmame acerca del Iman. [La fe]. Y el Profeta dijo: «Consiste en que creas en Al-lah, Sus Ángeles, Sus Libros, Sus Mensajeros, en el Día del Juicio Final y en el Decreto Divino, sea agradable o desagradable». La fe no es una palabra que se dice con la lengua, sino una creencia por el corazón, declaración por la lengua y actuación por los aparatos del cuerpo. Es lo que se siente por el corazón y se confirma con las buenas obras, siguiendo las órdenes de Al-lah, Alabado sea, y evitando lo que Él prohíbe.

Cuando se le preguntó al Imán Al-Hassan Al-Basri: ¿Eres creyente? Dijo: Hay dos tipos de creencia. Si me preguntas por la creencia en Al-lah, Sus Ángeles, Sus Libros, Sus Mensajeros, el paraíso, la resurrección, el Juicio, pues soy creyente. Y si me preguntas por el dicho de Al-lah, Alabado sea: «Los creyentes son aquellos que cuando les es mencionado el nombre de Al-lah sus corazones se estremecen, y que cuando les son recitados Sus versículos les aumenta la fe y se encomiendan a su Señor». Por Al-lah no sé si soy creyente o no».

La verdadera fe se refleja claramente en el espíritu y la mente, en el individuo y la sociedad. Uno de sus frutos consiste en los buenos modales que adquiere el siervo, pues la fe y la responsabilidad son iguales. Dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: «No tiene fe aquel que no cumple con la fidelidad y no tiene religión aquel que no cumple con sus promesas». También la fe y la timidez son iguales. Safuan ibn Salim ha relatado que al Profeta se le preguntó que si un musulmán podía ser un cobarde y él contestó: Es posible. Él fue cuestionado de nuevo si un musulmán podía ser un avaro y contestó: Es posible. Después se le preguntó si un musulmán podía ser un mentiroso y contestó: «¡No! Un musulmán no puede ser un mentiroso». Algunos definen la fe como la sinceridad, diciendo: la verdadera fe es: decir la verdad creyendo que la verdad te hará daño y no mentir creyendo que la mentira puede ser útil para ti. Es seguro que los buenos modales son resultado de una verdadera fe. El creyente no habla sino para decir un buen dicho que contribuye al bienestar y no siembra la corrupción, construye y no devasta, puesto que nuestra religión es la de buena moralidad, reforma y construcción, de modo que quien te supera en estos caracteres te superará en la misma religión.

De los frutos de la fe se cita la tranquilidad y la paz. Si la fe se establece en el alma humana, ésta se llenará de tranquilidad, certeza y complacencia, lo que causará la felicidad en esta vida y en la otra. El verdadero creyente comprende, a ciencia cierta, que lo que le haya beneficiado no le iba nunca a afectar y que lo que le haya afectado no le iba nunca a beneficiar. Esto lo que le hace ser agradecido en el caso de alegría y paciente en el de tristeza; así su corazón se tranquiliza y él comprenderá que todo lo que Al-lah, Alabado sea, decreta está bien para él. Dice Al-lah, Alabado sea: «Quien crea en Al-lah, Él guiará su corazón» y dice el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “¡Es admirable el caso del creyente! Todo asunto encierra un bien para él y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la facilidad y es agradecido con Al-lah, hay un bien para él. Y si tiene paciencia ante la dificultad, también consigue un bien”.

De estos frutos también que la fe protege al creyente de cometer los grandes pecados. Dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: El adúltero que comete un adulterio no es creyente mientras lo hace, y el ladrón que roba no es creyente mientras que lo hace
y el que bebe el vino no es creyente mientras lo hace
y aún hay una oportunidad del arrepentimiento». Así que el verdadero creyente es aquel que se aleja de todo lo que daña a los sentimientos de la gente como el ridículo, la burla y la duda. Dijo Al-lah, Alabado sea: «¡Oh, creyentes! No se burlen unos de otros, porque pudiera ser que los que son blancos de las burlas sean mejores que los que se están burlando. Que las mujeres no se burlen de otras mujeres, porque es posible que las que son el blanco de las burlas sean mejores que las que se burlan. No difamen ni pongan apodos ofensivos. ¡Qué malo es comportarse como un corrupto luego de haber sido agraciado con la fe! Quienes no se arrepientan… esos son los injustos». Y dijo: «¡Oh, creyentes! Eviten sospechar demasiado [de la actitud de los demás] pues algunas sospechas son un pecado. Y no se espíen, ni hablen mal del ausente, porque es tan repulsivo como comer la carne muerta de su hermano. ¿Acaso alguien desearía hacerlo? Por supuesto que les repugnaría. Tengan temor de Al-lah, porque Al-lah es Indulgente, Misericordioso». La fe es también una causa de sinceridad. Dijo Al-lah, Alabado sea: «Cuando los creyentes y las creyentes oyeron la calumnia, deberían haberla considerado como en contra de ellos mismos, y haber dicho: “Esto es una mentira evidente”.

De estos frutos también la ayuda y la victoria de Al-lah, Alabado sea. En este sentido, la fe sincera es motivo de la ayuda y cercanía. Dijo Al-lah, Alabado sea: «Porque Al-lah está con los creyentes», y esto exige la victoria y el apoyo; dijo Al-lah también: «¡Oh, creyentes! Si auxilian a Al-lah, Él los auxiliará y afirmará sus pasos», «Les daré Mi socorro a Mis Mensajeros y a los creyentes en esta vida y también en el Día del Juicio, cuando comparezcan los [ángeles] testigos», «Es un deber para Mí auxiliar a los creyentes», y «A ellos les fue dicho: “Los enemigos se han agrupado contra ustedes, no podrán con ellos”. Pero esto solo les aumentó la fe y dijeron: “Al-lah es suficiente para nosotros, porque Él es el mejor protector” y retornaron ilesos por la gracia y el favor de Al-lah. Ellos buscaron la complacencia de Al-lah, y Al-lah es el poseedor de un favor inmenso».

De los frutos también que Al-lah, Alabado sea, siembra el afecto por el siervo en los corazones de sus criaturas. Así el verdadero creyente es amable y armonioso. En este contexto, dijo Al-lah, Alabado sea: «El Compasivo hará que quienes hayan creído y obrado rectamente sean amados [por la gente]». Así que Al-lah reconcilia los corazones de sus siervos al creyente siempre y cuando éste tiene el corazón sincero y entregado. Según el hadiz sagrado  “Cuándo Al-lah altísimo quiere a un siervo, llama a Gabriel y le dice: «Por cierto, que amo a fulano, por lo tanto ámale». Y Gabriel le ama. Entonces el Arcángel se dirige a los habitantes del cielo diciéndoles: «Por cierto, que Al-lah ama a fulano, por lo tanto, amadle». Y los habitantes del cielo le aman y se le dará la aceptación en la tierra”. Y «Aún mi siervo sigue acercándose hacia mí con las obras voluntarias hasta que yo le amo. Una vez le he amado, seré su oído con el que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que pega, su pierna con la que anda; si me pide algo se lo daré, y si se refugia en mí, le daré refugio».

También la fe es motivo de alivio, resolución de las crisis y liberación del mal. Dijo el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él:  «La oración de Dhu un-Nún (el Profeta Jonás) cuando él estaba el estómago del pez (fue): “La iláha ílla Anta, Subhánaka ínni kuntu min az-zaalimín No hay más divinidad que Tú, gloria a Ti, verdaderamente yo fui uno de los malhechores).” Un musulmán nunca invoca a su Señor con estas palabras acerca del algún asunto, sin que su súplica sea respondida.”

                     Dicho esto, ¡espero que Al-lah nos perdone a todos!

                                              *      *       *

Alabado sea Al-lah, Señor del universo; la paz y las bendiciones de Al-lah sean con su Mensajero Mohamed, sus familiares, todos sus compañeros y aquellos que les siguen con bondad hasta el Día del Juicio Final.

¡Hermanos por la causa del Islam!

Uno de los grandes frutos de la fe es realizar la seguridad y la paz; así que cuando el corazón del verdadero creyente está lleno de fe, esta fe será fuente de seguridad, tranquilidad y estabilidad, y por lo tanto, la gente se confía en él respecto a sus almas, espíritus y propiedades. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dice: «El musulmán es aquél del que la gente está a salvo de su lengua y de su mano. Y el emigrante es el que emigra de aquello que Al-lah ha prohibido». Entonces, aterrorizar a los seguros y agredir contra ellos, aunque no sean musulmanes, no tiene nada que ver con la moralidad de los creyentes. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dice: «Quien mate a un Muáhad (Persona que ha hecho un pacto con los musulmanes para vivir en paz con ellos) no percibirá siquiera la fragancia del Paraíso, aunque su fragancia puede reconocerse desde una distancia de cuarenta años».

El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, afirma que no es creyente aquel que daña a su vecino o aquel que duerme saciado mientras que su vecino está hambriento, diciendo: «Por Al-lah, que él no cree, por Al-lah que él no cree, por Al-lah que él no cree. Se le cuestionó: ¿Quién no cree? Y contestó: Aquel cuyo vecino no está a salvo de sus perjuicios». Y dijo: “No creó en mí lo que duerme comiendo mientras que su vecino está hambriento y lo sabe (que su vecino tiene hambre)”.

La fe verdadera es la que lleva al creyente a hacer el bien y ayudar a los demás; es la que lo educa bien de modo que su influencia se refleja en su comportamiento y su trato con los demás como una misericordia por el ser humano, los animales y los objetos, pidiendo la complacencia de Al-lah, Alabado sea. Dijo Al-lah: «Y, a pesar del amor que tienen por sus bienes materiales, alimentan al pobre, al huérfano y al prisionero. Dicen: “Les damos de comer simplemente porque anhelamos el rostro de Al-lah. En realidad no esperamos de vosotros retribución ni agradecimiento».

De los frutos más grandes es la gran recompensa que Al-lah, Alabado sea, preparó para sus siervos creyentes en la otra vida. Dijo Al-lah, Alabado sea: «[Pero] a quienes crean y obren rectamente, su Señor los guiará por medio de la fe hacia los Jardines de las Delicias por donde corren ríos», «Y albricia a los creyentes que obran correctamente que tendrán como recompensa jardines por donde corren los ríos», «Pero en cambio, quienes hayan creído y obrado rectamente serán los moradores del Paraíso donde vivirán eternamente». Y dijo también: «En cambio, quienes crean y obren rectamente, sepan que recompensaré todas sus obras», y «Pero quienes hayan creído y obrado rectamente tendrán como morada los jardines del Paraíso».

Narró Abu Hurairah que el Profeta dijo: Al-lah dice: «He preparado para Mis siervos rectos lo que ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, y jamás ha pasado por la mente de ningún ser humano». Luego recitó: «Nadie sabe la alegría reservada a ellos en retribución a sus obras».

Debemos realizar la fe tanto creencia, como trabajo o dicho, para que se difunda la misericordia, la cooperación, la sinceridad, la timidez, la generosidad y la castidad; también debemos alejarse de la mentira, el fraude, la traición, los chismes, la murmuración y la injusticia, conservando la inviolabilidad de las almas y los dineros y la posición y el favor de las patrias.

¡Oh nuestro Señor, infunde el amor por la fe, embelleciéndola en nuestros corazones, y haznos aborrecer la incredulidad, la corrupción y la desobediencia y háganos de los bien guiados!

 

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كتب: د.أحمد رمضان

الدكتور أحمد رمضان حاصل علي الماجستير من جامعة الأزهر بتقدير ممتاز سنة 2005م ، وحاصل علي الدكتوراه بتقدير مع مرتبة الشرف الأولي من جامعة الأزهر الشريف سنة 2017م. مؤسس جريدة صوت الدعاة ورئيس التحرير وكاتب الأخبار والمقالات المهمة بالجريدة، ويعمل بالجريدة منذ 2013 إلي اليوم. حاصل علي دورة التميز الصحفي، وقام بتدريب عدد من الصحفيين بالجريدة. للتواصل مع رئيس التحرير على الإيميل التالي: [email protected] رئيس التحريـر: د. أحمد رمضان (Editor-in-Chief: Dr. Ahmed Ramadan) للمزيد عن الدكتور أحمد رمضان رئيس التحرير أضغط في القائمة علي رئيس التحرير

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